Aquí comienza mi ardua tarea de mantener a flote este velero y su cuaderno de bitácora. Las nuevas tecnologías calan en la sociedad y el boom por crearse un blog ha llegado hasta mi persona. Con el fin de crear un espacio que diste mucho de este mundo de utopía e hipocresía, me dispongo a navegar por él sin un rumbo fijo.
Tiempo, fuerzas y ánimos es necesario para llevar a cabo este trabajo, un trabajo en el que el viejo periodismo parece quedarse rezagado. Basado en la opinión pura y dura de los que aquí escribimos, aún nos queda mucho para llegar a ver un blog con total credibilidad. Por este motivo aún puedo pensar que el viejo periodismo puede respirar tranquilo sin olvidarse de su principal fin y de principios que parecen quedarse olvidados en la cabeza de muchos.
Con la finalidad de expresar todo lo que por mi cabeza pasa, dejo abierto el libro de la retroalimentación entre la que aquí escribe y el lector.